Lobby 2.0, cafés casualesy mensajes por WhatsApp
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Señor Director:
Hace una década se promulgó “la 20.730”, como coloquialmente le decimos quienes trabajamos con la Ley de Lobby, lo que significó un triunfo para la sociedad civil y una oportunidad para no demonizar una práctica que es lícita y clave en la democracia, pero que hasta ese minuto era muy opaca.
No obstante, “hecha la ley, hecha la trampa”, y en estos 10 años hemos visto que muchos lobbistas siguen operando subrepticiamente y transgrediendo la fe pública. Ejemplos sobran, como aquel exalcalde que organizaba cenas en su casa con un variopinto grupo de ministros y empresarios.
Por eso celebramos que el Ministerio Secretaría General de la Presidencia anunciara un proyecto de Ley de Lobby 2.0, ya que al inicio de este Gobierno les presentamos una propuesta de reforma, para justamente empezar a regular los cafés casuales en locales al paso o esos mensajes por WhatsApp a las autoridades que quedaban en un limbo.
Ahora, con o sin norma, debería ser un mandato ético el transparentar este tipo relaciones, tanto de quienes ejercen un rol activo o como de aquellos que son sujetos pasivos, en especial estos últimos, por su responsabilidad de administrar el Estado, pero ya vemos que en Chile nos gusta el papelito con la norma bien explícita.
Esperemos que ahora sí se avance sustancialmente y que aquellos que hemos abogado por mayor transparencia seamos invitados al debate legislativo. Sin café ni cenas, por supuesto.
Paulina Ibarra Araya
Directora Ejecutiva de Fundación Multitudes
